lunes, 23 de enero de 2012

Escuchar el canto de las aves



Algunas aves urbanas modifican sus cantos para hacerse oír en medio del ruido y el caos de las ciudades. En ocasiones, los cambios son tan grandes que algunas de ellas son incapaces de comunicarse con individuos de su misma especie. Estos son los resultados de un estudio realizado durante ocho años con distintas aves paseriformes en España y Brasil.

En algunas especies, el canto es fundamental para defender su territorio y atraer una pareja. Sin embargo, en un entorno con gran ruido ambiental como son las ciudades, estas deben emplear otro rango de frecuencias para conseguir que sus congéneres les escuchen. La separación es tan grande que es posible que un ave urbana no sea capaz de comunicarse con una de campo, a pesar de ser de la misma especie. "A esto lo llamamos mutación cultural, que es más rápida que la mutación genética", señala Salvador Peris, director de la investigación, "y da como resultado una fragmentación de las poblaciones".

Entre otras cosas, los investigadores también estudiaron las poblaciones de aves que habitaban en carreteras con distintos niveles de tráfico, comprobando que en aquellas más transitadas la presencia de algunas especies decae. Es el caso de las aves migrantes transaharianas, que al tener repertorios de canto mucho más complejos estarían más afectadas por el ruido ambiental.

Los efectos de la contaminación acústica no son solo importantes para la conservación de las aves, también ofrecen un panorama de la "evolución cultural" en el canto de las mismas. Este aspecto puede cambiar muy rápido en pocas generaciones, especialmente en aquellas especies con mayor capacidad de aprendizaje nuevos cantos. Es el caso del ruiseñor, del que se conocen hasta 110 melodías diferentes.

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